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Corta la cebolla en juliana y el puerro en trozos pequeños. En una sartén a fuego medio-bajo con unas gotitas de aceite de oliva virgen extra, pon la cebolla y el puerro y pochalos hasta que estén dorados (unos 20 minutos).
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Mientras se hace la cebolla y el puerro, pela, lava y corta la batata en láminas finas. Coloca las láminas de boniato en un estuche de vapor para microondas o si no tienes puedes hacerlo en un bol con unas gotitas de aceite de oliva y tapado con papel film. Haz la batata durante 5-7 minutos a máxima potencia en el microondas hasta que se ablande. Saca e incorpora a la sartén con la cebolla y el puerro.
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Deja pochar la cebolla, el puerro y la batata durante 10 minutos más. Añades un poquito de sal y 1 cda de aceite de oliva para que se haga todo bien. Reserva.
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En un bol, añade y ebate los huevos e incorpora la mezcla anterior junto con el queso roquefort. Deja que se empape bien el huevo de la mezcla y dale el toque de sal en crudo (prueba la mezcla en este punto).
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En una sartén a fuego medio-alto con unas gotitas de aceite de oliva virgen extra, añade la mezcla de nuestra tortilla y hazla durante 2 minutos (pon el fuego más bajo y mueve la sartén para que no se pegue y quede doradita). Dale la vuelta y deja otros 2 minutos para que se haga por fuera pero que quede poco cuajada por dentro (si te gusta más cuajada dejalo más tiempo). Saca y disfruta.
¡Recuerda que puedes siempre reemplazar ingredientes por aquellos que se adapten a tus resultados! En este caso, puedes realizar la preparación con otro tipo de queso y huevos (por ejemplo de codorniz, si puedes y así lo deseas). Además, puedes escoger utilizar otro tipo de aceite o mantequilla. Deja volar tu imaginación y elige los ingredientes que tú y tu familia prefieran para darle un sabor único.