- Solo tienes que poner los anacardos en un robot de cocina potente y triturar unos minutos. No pongas la velocidad a tope de golpe, vete subiendo progresivamente. Abre de vez en cuando y baja lo que se haya quedado en las paredes. Sigue triturando.
- El resultado será una pasta o mantequilla con una textura suave y untuosa. Si te quedan grumos, tritura unos minutos más. Guárdala en un tarro de cristal hermético en la nevera y, ¡a disfrutarla!
- Como paso opcional y para potenciar el sabor, puedes tostar los anacardos unos minutos en el horno, pero ojo, sin que lleguen a dorarse demasiado porque si se queman amargan.
¡Recuerda que puedes siempre reemplazar ingredientes por aquellos que se adapten a tus resultados! En este caso, puedes utilizar otro fruto seco para hacer mantequilla. Deja volar tu imaginación y utiliza los ingredientes que tú y tu familia puedan y más os gusten.