Potenciador del sabor semisintético. Se obtiene por fermentación bacteriana de azucares residuales de origen vegetal o animal. Su gusto es diferente de salado, dulce, acido o amargo, por ello recibe el nombre de umami, el quinto sabor. Por sí solo no tiene un paladar agradable y necesita de otros aromas para potenciar los alimentos. El consumo de este aditivo activa los receptores neuronales que incitan al cerebro la sensación de querer seguir comiendo mas cantidad de dicho producto, por ello se emplea con mucha frecuencia como ingrediente en productos de alimentación poco saludable y en ultra procesados muy industriales.
Podemos encontrarlo en productos salados como patatas fritas, snacks, chips, nachos, torreznos, frutos secos, sopas en polvo, sazonadores, pastillas de caldo, concentrados de carne, salsas, soja, condimentos, aceitunas, encurtidos, pates, cremas, quesos untables, pizzas, embutidos, salchichas, productos cárnicos, sushi, surimi, moluscos, derivados del pescado, latas y conservas del mar, panes tostados, arroz precocido, fideos instantáneos y alimentos precocinados. También se usa en productos dietéticos con el fin de evitar el consumo añadido de sal.